Magic Day (Parte II)

Hasta ese momento desconocía que se trataba de otro club londinense, nunca había oído hablar de él.

El paseo hacia Craven Cottage es de lo más agradable, un gran parque en paralelo al discurrir del rio.

Puestos de comida y bebida, los gigantes caballos de la policía británica patrullando la zona y de repente el santuario de los cottagers.

La fachada de su tribuna, la más antigua del mundo, es alucinante, deliciosa, impresionante, cualquier calificativo es pequeño para tanta belleza.

Hago cola y en esta ocasión consigo mi localidad, aunque en Riverside Stand. Accedo al recinto de juego, previa compra del programa del partido, y cuando me acomodo frente a la Johnny Haynes Stand, así se llama la tribuna principal, se me cae la baba. Si en la parte exterior es bella, en la interior su encanto es espectacular, todos sus asientos de madera, con la fabulosa estructura en el centro de la misma con el escudo y nombre del club, sin olvidarme de su “pavilion”, ubicado en el córner y que sirve, además de vestuarios, para que sigan los partidos tanto los invitados como los familiares de los futbolistas.

Del partido poco os puedo contar. La grada para la afición visitante estaba repleta, mientras que la afición local ocupaba poco más de la mitad de su aforo. Recuerdo que es uno de los días que más frio he pasado en un partido de futbol… incluso… me comí un bocadillo de bacón con un vaso de chocolate caliente. Imagino que la cercanía del río también debió influir.

Creo que el único futbolista del que había oído hablar era Boa Morte. Al descanso se llegó con ventaja visitante por 0-2…pero al inicio de la segunda mitad recortó distancias el @fulhamfc , pero a pesar de los intentos por equilibrar el marcador, éste ya no se movió, pasando ronda el @leytonorientfc .

De todos modos, la sensación que tengo es que me pasé el partido sacando fotos a la vieja tribuna, a la casa-vestuario con su balcón lleno de mujeres y niños siguiendo el partido y que lo futbolístico estuvo en un segundo plano.

Lo que os aseguro es que aquel día me enamoré del Fulham, que me prometí que volvería y sobre todo que vería un partido desde uno de los asientos de madera (lo hice en un final de liga, en el que se jugaban el descenso de Premier frente al Birmingham ( @bcfc ) que acabó 2-0 para el Fulham y en el que al final del partido el mismísimo Mohamed Al Fayed bajó al campo, para bufanda en cuello, celebrarlo con todos los jugadores).

Siempre que he vuelto a Londres y el Fulham ha jugado como local, he aprovechado para regresar a su santuario (iba a poner catedral, pero no quiero que se enfade nadie del Athletic ( @athleticclub ).

Continuará… con mi visita a Kenilworth Road

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